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Sudáfrica

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Un mundo en un País

Todo en uno. Sudáfrica es el lugar para los indecisos que no pueden o no quieren elegir entre un modo u otro de hacer turismo. Variedad es la palabra que resume la más que amplia oferta de la que dispone y que ofrece a sus visitantes. En un solo país hay un mundo entero de posibilidades, y sin perder el sabor de áfrica se convierte en mestizo al combinarse con el ingrediente que cada uno quiera elegir en cada momento. La naturaleza que atesora es espectacular y diversa, con playas y montañas, bosques y desierto, con fauna y flora sorprendentes y al alcance de los interesados en lograr un reencuentro con la creación. Tan es así que por todos sus puntos cardinales hay reservas y parques nacionales, de los que la mayor fama se ha depositado en el Parque Kruger o se recomienda siempre la Ruta Jardín, costera.

En medio de esos entornos vírgenes que se extienden por miles de kilómetros cuadrados, el hombre sigue viviendo como sus ancestros marcaron, y las tribus van más allá constituyendo toda una filosofía de unión del humano con todo lo que le rodea, fusión simbiótica y respetuosa que logra un equilibrio esperanzador. Los Zulú quizá sean los más famosos, acreedores de una historia que les llevó a tener un poder inigualado por otras tribus como las de los Xhosa o las de los Ndebeles. El conocimiento de sus modos de vida puede ir acompañado de varios pasos que encaminen al visitante más allá, hasta verse inmerso en un modo que se mantiene igual desde hace miles de años. Todo ello, y es una de las grandezas de este territorio, no se ve amenazado por la existencia de las grandes urbes occidentalizadas.

Así, de la reducción del hombre y el entorno que envuelve al turista en los espacios reservados de Pilanesberg, Blyde River, Mpumalanga, Tsitsikama, Santa Lucía o del desierto de Kalahari, se pasa en pocas horas al encanto urbano de Ciudad del Cabo, de Johannesburgo, de Pretoria, que es la capital administrativa de la nación, de Durban o de Soweto, con su histórica lucha anti apartheid. Son todas distintas y muy bien preparadas para recibir a los ciudadanos de todo el mundo que las quieren descubrir. De hecho, las comunicaciones y los transportes facilitan la transición de un ecosistema a otro, tanto en el sentido natural como en el cultural. Ruta de los Viñedos, ciudad bosque o ciudad jardín, aguas calientes del océano índico y diversidad artística con la música como línea argumental.

Un mundo en un países el eslogan, muy bien fundamentado con argumentos basados en la combinación de gentes y culturas, pero también de colores. El blanco y el negro es demasiado pobre para definir una experiencia con paleta visual de los más infinitos matices de colorido. El fin del apartheid supuso el camino hacia la definición de Nación del Arcoíris, y no pocos miles de turistas lo han elegido ya como su destino predilecto. Como atractivos principales están los safaris en la Reserva de Madikwe o por el Addo Elephant Park, además del referido Parque Kruger, o la degustación de vinos por Cape Winelands, aderezada con la visita a Ciudad del Cabo, volcada al mar por culpa de la Montaña de la Mesa. Los tiburones no son mascotas ni mucho menos, pero se puede bucear entre ellos y navegar entre ballenas.

Lejos de lo que el interesado pueda pensar de entrada, Sudáfrica tiene un precio mucho más bajo en sus lugares de ocio, incluidos restaurantes y supermercados, que en el continente europeo. Su moneda es el Rand, y al cambio por un euro aproximadamente consigues 10 y por un dólar americano te dan 8. Uno de los elementos que además facilita mucho el decidirse por Sudáfrica es que el viajero de España no necesita visado si su estancia va a ser inferior a 90 días, lo que simplifica enormemente la tramitación del viaje. Tampoco se necesita una vacunación especial antes de desplazarse hasta allí, lo cual es algo que de igual modo ayuda a dar el paso de decidirse por una experiencia tan singular. Aventura como eje, así también se puede tomar, y los deportes considerados en ese grupo están todos en activo.

Un último apunte de interés en esta aproximación al país más al sur del continente africano es el relativo a su clima, muy diverso debido a su extensión tan grande. Por el Cabo hay mucha similitud con el mediterráneo, por el sur es templado, por el noreste es subtropical, y sus océanos convergen con una lucha entre las águas cálidas del índico y las gélidas del Atlántico. De todos modos, hay buen tiempo todo el año en KwaZulu Natal, lejos de las estaciones, siempre inversas a como se dan en España. El verano comienza en septiembre y llega hasta abril, y su invierno se extiende desde mayo hasta agosto, pero siempre lejos de temperaturas extremas. Si se busca hacer un safari esta recomendado hacerlo en invierno precisamente, al igual que bucear con tiburones. Diciembre y enero son sus meses de mayor afluencia turística.

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